Alfonzo Cano le ganó la batalla a Uribe, pero no la guerra al país.

Guillermo León Sáenz, su verdadero nombre, pero que dentro de la organización le dieron el apodo de “Alfonzo Cano”, fue y sigue siendo uno de los miembros más importantes dentro de la organización del grupo guerrillero, luego de la muerte de Jacobo arenas; cofundador de las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC). Cano que es antropólogo de profesión, egresado de la Universidad Nacional, demostró desde su paso por la universidad, interés por la ideología comunista y revolucionaria, asimismo, por la historia y la política, de ahí que, su vida pasó a la clandestinidad en la década del los 80.
En el 2008, luego de la muerte del líder natural de las FARC, Pedro Antonio Marín Marín (alias Manuel Marulanda o tirofijo), Alfonzo Cano asume la dirección del Secretariado de la FARC como comandante en jefe de la subversión. Con la muerte de “tirofijo” se pensó que abrirían las puertas al dialogo con el gobierno del Presidente Uribe, puesto que, Cano es considerado menos guerrerista que el “Mono Jojoy”. No obstante, Cano empezó a replantear las estrategias del grupo y a implementar el adoctrinamiento desde las universidades a los jóvenes que simpaticen con el grupo guerrillero e impulsar las milicias urbanas. Estas ilusiones de paz que se tenían con Cano, empezaron a marchitarse. Se convirtió en otra ilusión mas, como la pasada negociación en San Vicente del Caguan. (Negociaciones que se iniciaron en el gobierno de Andrés Pastrana Arango, que resultaron sin éxitos).
El entonces candidato y hoy Presidente de Colombia, prometió en su primera campaña a la Presidencia de la República, derrotar a los “terroristas” de las FARC con toda la determinación y de esta manera garantizarles la seguridad a los colombianos. Ya siendo Presidente, Álvaro Uribe emprende una batalla frontal contra este grupo con éxitos, pero sin derrotarlos. El país reconoce todo el esfuerzo que ha hecho el Presidente para derrotar a las FARC, no podemos negar que esa realidad de derrotarlos por la vía militar, está cada vez mas lejos de la realidad y es menos aceptada por muchas personas que han estudiado y siguen de cerca el conflicto armado que vive el país por más de 60 años.
Los golpes contra la guerrilla han sido contundentes desde un punto de vista militar, aún cuando, no se ha neutralizado de un todo su accionar delictivo. Sin embargo, el gobierno sigue dando de bajas a los cabecillas de los diferentes frentes que operan en parte del territorio nacional. La política de seguridad democrática de actual gobierno, aún no logra desarticular de raíz, las milicias de la guerrilla que operan en las ciudades y que están infiltradas en algunas instituciones del Estado; no obstante, el gobierno argumenta que la guerrilla ya ha perdido su capacidad militar, cuando la realidad es otra. La política de seguridad democrática debe ser replanteada para obtener mejores resultados frente a los grupos ilegales que operan en Colombia.
Ya están próximos a cumplirse los 8 años del Presidente Álvaro Uribe Vélez, y el conflicto está lejos por acabarse. El Presidente no logró su más anhelado objetivo: eliminar a los “terroristas” de la FARC y dejar al país “libre de guerrillas para que las próximas generaciones no vivan el horror de la guerra”. Aunque el Presidente Uribe no logró su objetivo, derrotarlos, es claro que este grupo jamás logrará tomarse el poder. Por su accionar se han ganado el calificativo de “grupos terroristas” y el rechazo internacional de muchos países defensores de los derechos humanos; más aún, el de la sociedad colombiana.
A pesar que, se cierra otro capítulo del anhelo de acabar por la vía militar a un grupo que lleva más de 60 años en guerra y que ha demostrado capacidad militar para soportar los ataques de la fuerza pública junto a fuerzas extranjeras (inteligencia americana e israelí) que han participado en operaciones en las que han dado de baja a cabecillas de las guerrillas, Alfonzo Cano ha resistido al gobierno del Presidente Uribe; que ha invertido grandes cifras de dinero provenientes del presupuesto nacional y de los Estados Unidos; de tal forma, que ha sido el gobierno que más le ha invertido a la lucha contra el “terrorismo”.
¿Y qué sigue ahora? Si Uribe no pudo derrotarlos, que era el más interesado en hacerlo, lo hará otro Presidente, derrotar a las FARC? Yo creo que no. Está demostrado que este grupo guerrillero solo se le ganará por medio del dialogo y lograr consensos que busquen la desmovilización, al contrario, no se logrará nada.

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